En alguna trastienda de América del sur, se recoge cartón y se oyen voces de los vecinos, construyendo letras y armando libros. Poemas, narraciones, relatos, reflexiones, obras de teatro y más, es el sonido de la expresión del mensaje de la lectura a través del arte. Todo cabe en unas hojas prensadas, a veces cocidas y unidas al cartón.
Se trata de un concepto entre libro objeto y fanzine. Surge de las ganas de apropiarse de la cultura sin cortes o baremos editoriales unidas a la venta y los bestsellers.
Son textos para compartir entre amigos y vecinos o entre la comunidad educativa. Únicos, a veces solo hay uno o unos pocos. Exclusivos y cargados de emociones.
El montaje ofrece la posibilidad de entrar en terrenos lúdicos y poéticos además de sensoriales. Los tamaños son variados y las texturas también, adquieren características propias que configuran una nueva obra original. Cabría mencionar libros pop-out, literatura con collages o poesía visual entre otras creaciones artesanales relacionadas con el mundo literario.
La pobreza del material lo hace rico en creatividad y es en sí mismo una historia de amor, a la lectura. El día del libro como el día del planeta deberían ser celebrados todos los días del año.
Títulos personales, evocadores, que de lo que es seguro es que el encuentro será fresco. Y desde luego se trata de esa clase de Arte, de a pie o de andar por casa, como un acto de creatividad sin límites. Con papel reciclado y dando valor a las cajas de cereales por ejemplo mostramos una manera ingeniosa de reclamar la identidad colectiva.
Pero ya que nos ponemos, también pueden ser manuscritos, el trabajo de edición sería el de la fotocopiadora. Un número real para ser leído por la comunidad. Ilustrados y con sugerentes portadas. Podrían ser de bolsillo, poemas de bolsillo por un lado, por el otro tus anotaciones o si quieres un diario personal.
En cualquier caso, podría ser un movimiento sostenible pedagógico para disfrutar de la lectura y la escritura.
El papel ha de ser reutilizado cada vez más el 20% de la población mundial, consume el 87% del papel para escribir e imprimir. Por lo tanto, hablamos de un consumo insostenible, ya que además de ser demasiado papel, no lo reciclamos. Cabe mencionar que la industria papelera utiliza tanta agua por tonelada producida. Oxfam nos aconseja entre otros datos; reutilizar los folios en tu estudio. No olvides que cada hoja de papel tiene dos caras.
Hagamos nuestro propio papel, al que si le añades semillas en el proceso podríamos hacer literalmente una cultura más amplia: la que siembra ideas. Este texto se podría leer al revés, de tal manera que pudiera ser una propuesta o proyecto de aula, artesanal, la construcción de un libro: Primero hacer papel y luego crear nuestros libros cartoneros, ideas didácticas desde el arte de la lectura y la escritura.
Volvemos a recordar estos enlaces en la web a tener presentes:
Materiales escolares y su impacto ambiental.
Otras propuestas.
Reducir y separar.
La relación entre las artes y el desarrollo cognitivo ha sido objeto de estudio por sus valiosos beneficios. Melnick, Witmer y Strickland (2008) advierten que la ciencia cognitiva y la neurociencia ayudan en la comprensión de las artes como una poderosa herramienta que mejora la enseñanza y el aprendizaje. En cualquier caso, el lenguaje es clave en todos los procesos de construcción de identidades y en la conformación del yo y aquí hay cabida para la conciencia medio ambiental sin duda.