10 octubre 2024

Cuadernos botánicos. Huellas de naturaleza.

Después de semanas de confinamiento, los primeras salidas fueron un reencuentro con la naturaleza. Descubríamos amapolas en las aceras y malvas y espigas en los alcorques. Nuestros alumnos nos enviaban fotos de flores silvestre y brotes que antes nunca habían mirado… Todos sentíamos la necesidad de capturar esos instantes , de prolongar esas sensaciones, en definitiva de aprehender la primavera.

De eso trata la experiencia que comparten Laura y Janet, dos Profes por el Futuro que trabajan en centros distintos, que ni siquiera se conocen físicamente pero que han conseguido construir juntas una propuesta artística partiendo de ese reencuentro con la naturaleza.

Nos lo cuentan:

“En colaboración dos maestras se encuentran o son encontradas por el mismo interés: el arte, la infancia y la naturaleza. Ambas deciden experimentar como lo harían en su aula y teniendo a la infancia en mente. Todo empieza justo en el momento en el que por fin podemos salir a dar paseos de tarde o de mañana, tan necesarias y deseadas.

Laura decide ir en busca de descampados y recoger un abanico de colores y variedad de flores silvestres. Janet decide hacer lo mismo. Ambas buscan crear un cuaderno botánico, que pronto se convierte en una bitácora de técnicas, procesos, colores y comentarios.

Los tesoros encontrados van dejando huellas de mil maneras y sobre papel.

Cuadernos mitad salvajes, mitad domésticos. Cada hoja que lo conforma lo convierte en pequeños libros objeto. Únicos y personales. A partir de la noción contemporánea de libro objeto, en el que los artistas suelen jugar a crear algo nuevo. El campo de posibilidades muy amplio. Hay todo tipo de libros de artista, es formado por la totalidad de sus elementos lo que lo hace especial. Se trata de una propuesta amplia donde cada uno tendrá su propio y único libro de huellas de la naturaleza.

Para recoger estas huellas. Hemos realizado varias técnicas en función de los materiales que se tengan a mano. Dando pie, al libro efímero, ese que se lee durante el deshielo y parte del juego creado por composiciones diferentes y por tanto lecturas varias.  Y la otra idea: las impresiones de texturas y huellas naturales de la hoja. En definitiva todo en torno a la idea que proporciona el Ecoprint que consiste en plasmar y estampar de forma permanente los pigmentos naturales de hojas y flores sobre el papel en nuestro caso. Las tonalidades que se obtienen son de una gama amplia que va de los marrones anaranjados, pasando por tonos intenso o más pálidos, todo depende de la hoja que se utilice. Cada una proporciona su pigmento personal. La alquimia de este proceso es siempre un misterio y requiere de tiempos lentos, no obstante está cargado de disfrute por el asombro que proporcionan los resultados.

Los pasos para traspasar el huellas al papel han sido:
Recoger las hojas y flores. Cuanta más variedad mejor.
Tener papel, mejor si es de bloc o de acuarela pero nuestra investigación se realizó gran parte en folios normales del reciclado.
Libros, para hacer peso.

TÉCNICAS USADAS

Pintando las hojas con tintes naturales (cúrcuma, pimentón, cochinilla) o pintura escolar. Imprimir su huella pintada sobre el papel. También se pueden presionar sobre el papel con un rodillo, aplicando fuerza y peso. Pasado unos días, veremos sus huellas.

Ciano verde, con la extracción del líquido de la espinaca, es decir la clorofila que se distribuye varias veces sobre un folio. Dejando que cada capa se vaya secando. Ponemos las hojas sobre ellas y se cubre con un cristal exponiendolo al sol. No necesita mucho tiempo para ver los resultados, dependerá de tu gusto.

Cocción del papel con agua de alumbre, extraído de un desodorante  y agua ferrosa, que se obtiene dejando unos clavos varios días en agua. Un vasito de vinagre para enfriar una vez finalizado la cocción de unos cuarenta minutos. Dejar una noche y lavar al día siguiente. Algunas hojas son mejores que otras ideal hojas de Eucalipto, Rosal o plantas silvestres.

Congelación de diferentes hojas y flores.

Con las flores silvestres recolectadas se hacen cubos de hielo. Una vez los cubos están formados se hacen composiciones sobre un papel de acuarela. Se espera a que el hielo se derrita y vaya depositando las flores sobre el papel donde se irán quedando impresos los pigmentos que ha soltado cada flor. Una vez seco en el papel, se retiran las flores y se observa el resultado de cada composición.

Para la encuadernación, se pueden utilizar varias mañas desde un cosido japonés hasta una grapa. Lo que el niño o niña quiera.

De alguna manera los cuadernos o libretas son atractivos para los niños y no tan niños. Es posible que no desaparezca el placer o la necesidad de tocar papel, de oler tintas y ver en directo las impresiones. El aura de la experiencia impresa está relacionado con la memoria sensorial y la observación del detalle. Estos cuadernos de impresión botánica son testigos de diferentes recorridos y comportamientos de la naturaleza, aunque su apariencia sea convencional y bien podría no serlo. En cualquier caso son una invitación a escribir, dibujar o guardar otros tesoros o tan solo apreciar la huellas como esos dones inadvertidos de la hojas o flores que nos proporcionan. Una segunda lectura que nos dejan sus marcas sobre el papel. Un cuaderno como testigo del amor a la naturaleza.

Laura Espejo Marín
Blog:http://lauraysuaula.blogspot.com/

Janet Val Tribouillier
Blog: http://janetvaltriboullier.blogspot.com/

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